jueves, 23 de septiembre de 2010



Fui al río ...


Fui al río, y lo sentía
cerca de mí, enfrente de mí.
Las ramas tenían voces
que no llegaban hasta mí.
La corriente decía
cosas que no entendía.
Me angustiaba casi.
Quería comprenderlo,
sentir qué decía el cielo vago y pálido en él
con sus primeras sílabas alargadas,
pero no podía.

Regresaba.
- ¿Era yo el que regresaba? -
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.

De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes.
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles,
y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
¡Me atravesaba un río, me atravesaba un río!

JUAN L. ORTIZ
(El Ángel Inclinado, 1938)
"Entre Ríos cantada" - 1955 -
Antología Iconográfica
de Poetas entrerrianos.
de: Luis A. Ruiz -

Las amadas muertas

Tengo mi corazón lleno de cruces:
una por cada amada.
Selva de cicatrices,
camposanto de amores y desgracias.

En las veladas tardes
una mujer mira las lápidas
donde se apagan nombres fallecidos:
Elvira, Soledad, Elena, Laura.

A ella le tiembla el corazón
por las mortajas,
y para que el olvido no les duela
les deja la flor de una lágrima.

Una confidencia misteriosa
le hacen las enterradas
sobre el inmenso corazón del hombre
que en paz las tiene sepultadas.

(Otra vez se estremece
y sus ojos se apagan.
Pero si tiene algún desasosiego,
rasgará la guitarra.
Porque la amada viva que visita
las tumbas de las viejas amadas,
suele aromar de música las tardes
y llenarlas de gracia).

Ella es la amada única,
la inmortal bien amada.
Yo la dejo vagar entre esas cruces,
y la dejo llorar sobre esas lajas.

Ella es la carne viva del amor,
que no corrompen penas ni lágrimas.
Nunca pondré por ella una muesca en el corazón
ni escribiré su nombre en una lápida.

Pasé a través de muchos desamores
llevando la promesa de encontrarla.
Cien rostros de mujeres
me anunciaron su rostro de muchacha.

No se puede morir. No puede irse de este mundo
si no es conmigo. Es como mi alma.
Desde antes que Dios fundara el tiempo
uno hacia el otro caminaba.

LUIS ALBERTO RUIZ
"Entre Ríos Cantada"
Antología Iconográfica
de Poetas Entrerrianos
Edic. A. Zamora - 1955 -

martes, 21 de septiembre de 2010



La soledad me llama despacito.
Y en el silencio de una voz que llora
yo me siento llegar al infinito.
No es ocaso ni es sombra ni es aurora,
y tiene obscuridad, pero incolora.
No hay pájaro que vuele ni que cante
no hay ángel que me lleve como antes
de la mano o la sien. No hay nada, nada,
pero todo está aquí en su voz, callada.

ANA TERESA FABANI
"Nada tiene nombre y otros poemas"
Colecc. Homenajes - 1999 -
Editorial Entre Ríos


Crece la luz y crece la mañana
sobre el párpado leve que ha dormido.
Y en el sueño en que apenas se ha creído
deja de conocerse el alma vana.
Ya no se resucita, ni se tiene
la sensación del ala, ya no viene
un ángel a mirar mi pensamiento.
Apenas tiembla el alma en todo eso.
Apenas, pero es ella lo que siento.
Se me va ya, y la luz con suave peso,
lo va empujando al ángel por el viento.

ANA TERESA FABANI (poeta)
"Nada tiene nombre y otros poemas"
C. del Uruguay - Colección Homenaje -
Editorial Entre Ríos - 1999 -


Sólo el ángel que nunca se ha dormido
está en mi corazón pero callado
como si fuera un pájaro acostado
sobre las hojas secas de su nido.

Apenas como el aire, como el viento,
como la flor será, pero lo siento
cuando el dolor se rompe en mi costado.

Hoy sólo se ha quedado el ángel mío.
Y nada más sabrá. Sobre la arena
su sombra ya será la sombra apenas
de una nube que pasa sobre un río.

ANA TERESA FABANI
"Nada tiene nombre y otros poemas"
pág.51 - Edit. E. Ríos - 1999 -

martes, 7 de septiembre de 2010



Este mediodía de ...

Este mediodía de
primavera es una brisa.
Una brisa sólo es.
Como una niña la luz
con el aire está jugando.
Y es un cariño también.
Mejor: parece un amor
místico que a las cosas
en transparencia disuelve
de un ardor dulce y extático.
Este mediodía de
primavera es una brisa.
El río se lleva un
sueño puro por los campos.
Sueño de pájaro y de
niño, que los prados abre,
hacia dónde, hacia dónde?
Un poco de muerte busca
porque este momento es
la angustia eterna, perfecta.

Juan L. Ortiz
"El agua y la noche" (1924-1932)
Colec. Homenaje Edit. Entre Ríos