miércoles, 18 de abril de 2012


A JESÚS

(De "El puñal y el liro")

Hombre no Dios, santificado sea,
que no fuera en un Dios mérito tanto,
verter su sangre y derramar su llanto,
y ser del mundo luminosa tea.

Vidente o loco yo admiré tu idea
cuando en la noche enorme del espanto,
fué luz y estrella y sol tu verbo santo.
¡Dios te salve, Señor de Galilea!

¡Dios te salve, Jesús! pobre demente,
que soñó redimir la humana gente
con el santo bautismo del perdón.

Vuelve a nosotros tus amantes brazos;
ya tu doctrina se rompió en pedazos;
tus templos, templos del comercio son.

P. JANCITO ZARAGOZA
"El verso, la mujer y el viento"
Vida y obra de P.Jacinto Zaragoza
de: Orlando Britos - Crespo -1995 -

ESTE JESÚS LLORABA

Este Jesús que tengo junto a mi cabecera
- doliente imagen bíblica del odio de los hombres -
yo lo he santificado con todos esos nombres
escritos con mis lágrimas en su cruz de madera.

Bien sé que no estás muerto, pero si te murieras,
¡oh! mi Jesús llorado, de mi fe no te asombres,
habrá muerto en tu muerte la Humanidad entera
si Tú no la salvaras del odio de los hombres.

Este Jesús llorado con su Cruz que detenta
su cuerpo traspasado por lacerantes clavos
sangrando la ignominia de dolorosa afrenta,

no es el Jesús que clama para que lo liberten,
sino el que resucita salvando los esclavos
que no lo comprendieron y todavía mienten!

GALO ZARAGOZA
Pliego de Poesía Nº4 - Club de Letras -
Entre Ríos - 1969 -

NO ES POSIBLE

No, no es posible
Hermanosnuestros tiritan aquí, cerca, bajo la lluvia.

¡Fuera la delicia del fuego, con Proust entre las manos,
y el paisaje alejado como una melodía
bajo la llovizna,
en el atardecer perdido del campo!

Fuera, fuera, Brahms flotando sobre los campos!

No, la muerte mágica de la música,
ni la turbadora sutileza,
mientras bajo la lluvia
hombres sin techo y sin pan
parados en los campos,
vacilan al entrar a la noche mojada!

JUAN L. ORTIZ
Selección poética - Edit.de E. Ríos
sep/1988

martes, 17 de abril de 2012


ESTADO DE GRACIA

Suelo entrar al paisaje de mi río
cuando la luz que alumbra es todavia dorada
y el viento se hace verde
en brazos de la fronda del sauce de esmeralda.
A veces lo recorro largamente por sus cauces secretos
y siento entre las venas una ternura extraña:
se vuelven de agua dulce los cursos de mi sangre;
y es tanta la belleza, que me quedo abismada,
con el alma en silencio, en estado de gracia.

El pulso de la tarde declina suavemente;
el río es una seda levemente rizada
que engarza entre sus ondas, junto al cristal del aire,
la pálida amatista que tiembla sobre el agua.

Después, cuando el ocaso
es ya casi un recuerdo del lejano horizonte
y un resplandor de fuego se apaga entre las ramas,
me tiendo en el regazo íntimo de la arena
para la epifanía de la luna temprana.

Paralelos senderos, mi sueño y el del río
suben hacia lo alto del enorme misterio
de la noche que estalla;
entramos, hombro a hombro, por el arco de triunfo
de los astros azules que arden en la distancia.
Y es tanta la hermosura que me quedo en silencio
por dentro iluminada,
como un faro en las sombras, en estado de gracia.

Tuky Carboni - Gualeguay - 1998 -
1º Premio - Poesía - Concurso Lit.
Cgso. P. de Escritores -