martes, 23 de diciembre de 2014

FELICES FIESTAS PARA TODOS, QUE DIOS LOS BENDIGA, CUÍDENSE, DEN LO MEJOR DE SÍ, hasta siempre!!!

Foto: Los cerezos, V. Giardino, Córdoba

jueves, 30 de octubre de 2014


Es un honor Sr. Antonio Porpetta tenerlo como lector de éste humilde blogs, homenaje a mi tierra en la voz de sus poetas. Y en las imágenes de una cámara que ven mis ojos. A todos los lectores gracias por estar. Marta Liliana Pimentel Álvarez.

SI VUELVO A PARANÁ

Si vuelvo a Paraná me estarás esperando
y veré la glicina querida que conoces.
En el ocaso inmenso estarás conversando
con mis sombras de entonces, con mis lejanas voces.

El zaguán con hortensias volverá repetido.
Entraré lentamente y alguien cerrará el piano
y seré como un sueño en el patio perdido
donde un día reíamos tomados de la mano.

Si vuelvo a Paraná te contaré mi vida
mirando aquel antiguo jacarandá que es mío.
Me mostrarás la tarde lentamente abolida
y una estatua con rosas, desnuda, junto al río.

Me dirás que los años han pasado, que, a veces
alguien regresa y abre unos libros, llorando.
Detrás de las hortensias la amada que me ofreces
interminablemente me seguirá esperando.

Si vuelvo a Paraná veré la primavera
que nace entre los hombres justos que he conocido
y una botella rota confirmará la espera
del relámpago quieto de un cuchillo caído.

Recordaré sus nombres, sus rostros memorables;
gravemente estarán sentados en la plaza
y vendrán en los largos ocasos entrañables
hasta la esquina oscura donde estaba mi casa.

Así será si vuelvo a Paraná algún día.
La vehemente glicina, repetirá los graves
crepúsculos ornados. Y tu melancolía
me tenderá las manos de olvido. Con las llaves.

ALFONSO SOLA GONZALEZ
"Entre Ríos cantada" de Luis A. Ruíz
pág. 177 - Edic. Zamora - 1955 -

Foto: El Thompson
Paraná, Entre Ríos

DRAMA

I

Por el agua iba un navío.
Iba por el agua del río.

Fuéramos yo en ese barco;
fuéramos por el agua del río,
si no estuviera aquí preso

muerto de amor en la orilla
besando labios perdidos.
¿De quién? ¿En qué falsa orilla?

Fuéramos por el agua del río.

II

No subas en esa nave
porque está muerta esa nave.

Velas no tienen ni tiene
marinero que la mande.

No subas amor a esa nave.

Nave de madera amarga
con un rey muerto, amarillo.
No subas en esa nave.

Río de peces que gimen,
¿adónde irá ese barco sin marino?

No va hacia donde van
los navíos.
(No subas en esa nave
que va muerta por el río)

ALFONSO SOLA GONZALEZ
"La Casa Muerta" - 1940 -

Foto: El Thompson
Paraná, Entre Ríos


ENTRE RÍOS

Tiempo del tiempo de la primavera.
Podrán mis ojos merodear las costas
de otras mañanas de poblada gracia
extendida de amor junto a mi sombra.

Pero mis ojos no serán mis ojos
si está ausente la tierra encariñada
que circunda mi fe, isla de auroras
donde se alegran todas las distancias.

---

Habrá, yo sé que habrá lejanas tardes
con golondrinas y tal vez muchachas
temblando de frutal adolescencia
por el camino azul de las campanas.

Pero jamás otra enjoyada cosa
será como esta tierra iluminada,
de ofrecida ternura en el cariño
y encendida de amor en la nostalgia.

---

Vendrán, tiene que ser, secretas noches
con el embrujo de las serenatas
y oiré una voz, mi voz, entre canciones,
creciendo en un silencio de guitarras.

Pero en comarca de ninguna estrella
habrá otra novia de fluvial encanto,
como esta tierra de las manos de agua
y la sonrisa donde nace el canto.

JORGE ENRIQUE MARTÍ
"Entre Ríos y canciones"
Ediciones de Tribuna - 1970 -


JUGUETE

Hijo: como hoy estás triste
porque no vino la abuela,
voy a alcanzarte la aurora
para que juegues con ella.
La aurora es un globo grande
todo llenito de estrellas.
De madrugada, a esa hora
en que la luna se aleja,
el rocío la levanta
y los grillos le dan cuerda:
la aurora se va saltando
como si fuera una rueda.
Camina campos y montes,
recorre mares y sierras.
Entonces todos los pájaros
cuando pasa se despiertan,
las flores abren sus pétalos
que son pestañas de seda
y el agua canta en el arpa
del río sus coplas viejas.
No la dejes escapar
porque enseguida da vueltas.
Mira que la aurora salta
y se va como una rueda.
Sólo pueden atraparla
los duendes y los poetas.
Tómala entre tus manitos:
juega, hijo, juega, juega.
La aurora tiene colores
y una música pequeña,
porque es un globo de luces
todo llenito de estrellas
y da vueltas como trompo
que te regaló la abuela.

JORGE ENRIQUE MARTÍ
"Entre Ríos y canciones" - pág. 61 -
Edic. de Tribuna - 1970 -


EGO

Mi verso como un bálsamo divino
cura el íntimo mal de mis querellas;
y para cada golpe del Destino
tengo un escudo de ilusiones... Ellas

suavizan las torturas del camino;
si hay flores de dolor junto a mis huellas
no importa... Seré siempre el peregrino
obstinado en soñar con las estrellas...

Enloquecí de azul... No se me oculta
el ruín desprecio de la turba estulta
sin otro altar que el del materialismo;

Quizás seré un vencido eternamente,
me harán caer, pero soberbiamente
y abrazado a la cruz del idealismo.

ALFREDO MARTINEZ HOWARD
"Adolescencia" - Crespo, Entre Ríos - 1924 -
Prólogo de P. Jacinto Zaragoza

LIRIO MUERTO

Se moría..., lo mismo que las flores
que junto al lecho suyo se mustiaban..
¡Se moría el amor de mis amores!...;
y en sus labios las risas aun jugaban

cual si ocultar quisiera sus dolores
por no verme sufrir..., pero lloraban
sus misteriosos ojos soñadores
que por vencer el llanto se cerraban.

Me llamó y alleguéme temeroso
y caí de rodillas a su lado
y le besé la frente, tembloroso...

Y, celosa, la Muerte maldecida
también besóla con su beso helado
y Ella, sonriendo, se quedó dormida...

ALFREDO MARTINEZ HOWARD
"Adolescencia" (Ego) pág. 50
Crespo, Entre Ríos - 1924 -

domingo, 9 de marzo de 2014


POEMA

Hay momentos
en que me encantaría
quedar muerto.

Si tengo esa suerte
seré felices huesos,
dichoso polvo,
alegre nada.

LUIS SADÍ GROSSO
"En el cofre del tiempo"
Antología Esencial de Poesía
Entrerriana - Edit. E. Ríos - 2010 -


RÍO 

II

Éste es el río de mi adolescencia,
río que nombro como si llorara.
Como en cuna de círculos concéntricos
hay una cruz dormida entre las aguas.
Gota de río que mi labio moje
tendrá el sabor salino de mis lágrimas,
(Fue una tarde marzal. Éramos siete..
Volvimos seis para llevar la caja.
Hoy tu recuerdo, amigo, envuelto en brumas
vuelve con un tañido de campanas).

La vida lleva y trae, crea y destruye,
juega con la alegría y la desgracia,
esconde sin razón lo que buscamos,
nos extravía en las encrucijadas
y, en realidad lo cósmico dirige:
grilla los pies o nos despliega el ala.
Yo soy el río, indiscutiblemente;
sé que me voy como el que se desangra,
poquito a poco, pero nadie diga
que fui del todo hasta la mar salada.

¿Porqué quiero dejar las cosas mías,
irme hacia el sur, echarme en otras playas
cuando el origen de mis manantiales
hay que buscarlo en esta misma entraña
y en lo más escondido de aquel monte,
de esas cuchillas y estas hondonadas?
Me llevo el sueño, la emoción, el grito
de la tierra que es limpia y tiene gracia.
Van conmigo el dolor de las raíces,
las desesperaciones de las zarzas,
la luz que duerme entre las piedras mudas,
la lluvia sin ascenso y derramada.
El paisaje interior se echa hacia afuera
y hay un regreso de árbol a su patria,
su patria, el cielo de las tres Marías,
del corazón, del canto y la guitarra.


Voces de pescadores sin regreso
viven en mí; protestas y plegarias
llegan a las orillas de mis cauces
si el viento lucha con la marejada.
Anécdota de amor y novia muerta
con una flor de sangre en la garganta:
lipemanía de los sauces y una
tristeza adolescente arrodillada.
Barcos a la deriva, sin fortuna,
por canales de olvido y de desgracias:
un nombre de mujer que se adivina
y un lienzo triste que se deshilacha.
Adioses sin respuestas. Sueño inútil.
Dolor de olvido. ausencia de ruego.
Mi soledad, la tarde y su esperanza.

Toda la geografía del recuerdo
se transporta en linfas de nostalgias:
leves ondulaciones de colinas
hacen pensar en frente extasiadas,
en torsos varoniles que se curvan
y en vientres de mujer que se levantan;
el monte prieto; los arroyos limpios;
la tierra alegre, septembrina y casta,
tierra de exaltación y de promesas,
siempre sembrada y siempre cosechada!


El río que me trae y que me lleva
- canal de amores, surco de bonanzas -
es la historia del pueblo y de sus gentes
inédita en la historia de la patria.
(Van procurando puertos los veleros
para su pan, su vino y su manzana.
Barcarolas antiguas lo embanderan
y vientos navegables lo empenachan).

Como la hidrografía de mis venas
sabe su sal, su pulso y sus andanzas,
regresaré por él cuando la muerte
me reintegre a la paz de esta comarca
al amor natural de estas colinas
y al calor de la madre consagrada.

Quiero dormir aquí, junto a mi río,
al murmullo celeste de sus aguas:
en él oiré como cuando era niño
la música de amor que me arrullaba.

Y para él cantará desde mis huesos
lo que aún pueda quedar de mis calandrias!


GASPAR BENAVENTO
"La de las siete colinas"
Antología Esencial de Poesía
Entrerriana - Edi. de Entre Ríos - 2009 -