viernes, 27 de noviembre de 2009


Inevitable

Hay un niño que llora.
Está en el medio de una calesita.
Gira todo a su alrededor.
El niño no dice que no quiere. Se las aguanta.
Mira un punto y otro y otro
trata de no marearse
los rostros deformes le sonríen desde afuera
hacen chau con la mano.
Llora el niño
no puede comprender
porqué su cuerpo no puede sostenerse
en medio de un trozo de madera pintada
y la música lo acobarda más y más.
Le gustaría
Echarse de panza entre el pasto que está ahí cerquita
mirar sin moverse cómo los pájaros vienen
saltan y picotean semillas.
Le gustaría estar quieto
no dar vueltas y vueltas y vueltas aturdido.
Hay un niño que llora:
está en mi interior
y siente náuseas.

Susana Lizzi (poeta)
- Gualeguaychú -

lunes, 23 de noviembre de 2009



Un loco divino llamado Zaratustra

(Del hombre superior)

I

Hoy llamo a los pequeños,
"los pequeños se han hecho los amos"
y pululan en todo cementerio vivo,
y hablan todos en los rebaños.

"Todos predican la resignación, y la modestia
y la prudencia, y la aplicación
y los miramientos
y el largo etcéteras de las virtudes" vanas
que aclimatan la voz y el aliento.

Ellos, ellos, Oh, quieren señorear ses
y ser los dueños exclusivos, en todo,
caminar como hombres bien aventurados
en un acto servil de los despojos.

Los he visto haciendo marchas
con pancartas,
entonando himnos de regiones,
con absurdos ademanes,
empobreciendo sus cerebros y sus dones.

Y, así, he visto a la turba plebeya.
¡Horror!¡Horror!¡Horror!
Quieren dominar al mundo
desde una plataforma estrecha
donde se cobijan muchos.

Ellos, son las mentes-claras de mi siglo.
Y culpo en retóricas futuras.
Si tuviera que resucitar al mundo
¡Horror!¡Horror!, mi muerte en vida
es segura.

II

"¿Tenéis valor, hermanos míos?
¿Estáis resueltos?
No hablo de valor ante testigos",
ni ante los muertos.

Sino del valor del cóndor
del que no es ya espectador ningún Dios,
y responde en vuelo taciturno
con sus garras al tronador.

"Las almas frías, los mudos o ciegos
no tienen lo que yo llamo corazón,
corazón tienen los que conocen el miedo",
y con el miedo entonan una canción.

"El que ve el abismo con arrogancia".
Y lo observa con ojos de ave de rapiña
tiene en sus manos
todas las armas de los vigías.

III

"Cuando vine por primera vez con los hombres
cometí la locura del solitario,
la gran locura: me fui a la plaza pública.
Y como hablaba a todos, no hablaba a nadie"
en medio de tan triste calvario.

"La nueva mañana me trajo una nueva verdad,
aprendí a decir, entonces: ¡Qué importa la plaza pública
y el populacho
y el ruido del populacho
y las orejas largas del populacho!"
Si hablarle a él es lo mismo que hablarle a un quebracho.

"Hombres Superiores, aprended esto de mí,
en la plaza pública nadie cree en el Hombre Superior
y si os empeñáis en hablar allí, ¡sea!
Pero el populacho guiña un ojo: "Todos somos iguales",
"Hombres Superiores, así guiña el ojo el populacho:
No hay hombres superiores: todos somos iguales;
Un hombre no es más que otro" hombre,
(En ello han llegado a un acuerdo los humanos).

"Todos somos iguales: ¡Ante Dios!
Pero, ese Dios ha muerto;
Y ante el populacho nosotros
no queremos ser iguales"
ni a los torpes ni a los lerdos.

IV

"Solo ahora vuelve el Gran Mediodía",
llega la luz, no del infierno,
la luz de la sabiduría,
engrandeciendo todo, engrandeciendo.

"Solo ahora va a dar a luz
la montaña del porvenir humano"
como un faro en medio del Pacífico
siendo guía en su espacio.

"Lo que el populacho no aprendió a creer sin razón,
¿Quién podría derribarlo a sus ojos con razones?
En la plaza pública se convence con gestos.
Las razones inspiran des confianza, " las razones ...

V

¡Hombre Superiores, qué creías!
Quienquiera que da a luz está enfermo:
el que ha dado luz se halla impuro,
hasta hallar el camino de lo eterno.
"Preguntad a las mujeres: no se da luz por gusto.
El dolor hace cacarear a las gallinas y a los poetas".
Para hallar razón al gusto.

VI

"Haced como el viento cuando se precipita
de las cavernas montañosas:
Quiere bailar a su guisa. Los mares tiemblan
y saltan a su paso" las olas.

VII

"Loado sea el que da alas a los burros
y ordeña las leonas:
¡ Ese espíritu bueno e indómito"
viene como huracán sobre las tropas!
"Loado sea el enemigo de todas las hojas
marchitas y de todas cizañas.
Ese espíritu de tempestad, ese espíritu salvaje",
¡Bueno y libre, baila, baila!
"Bendito sea el que odia a los perros transijados
del populacho!
"¡Qué importa que no hayáis sido afortunado!
¡Cuántas cosas son posibles aún! ¡Aprende
pues, a reír por encima de tu cráneo!
"Esta corona de ruiseñor, esta corona de rosas,
a vosotros, hermanos míos, os la arrojo!
Yo he canonizado la risa: ¡Aprended,
pues, a reír, Hombres Superiores sin asombro!

Marta l. Pimentel Álvarez
"Desde todos los cielos"
Imp. Punilla/agosto/1995 - Paraná -

viernes, 20 de noviembre de 2009

Foto: Costanera baja, Parque Urquiza, Paraná


EL BANCO LARGO

En recuerdo de mi hermano Carlos Álvarez (poeta)

Tengo las manos húmedas de nostalgias.
Había en nuestra casa un banco, un banco largo,
que ahorraba los espacios a las sillas escasas,
y nos juntaba en un racimo cálido.
¡Qué sencilla la vida de aquel tiempo! Salíamos al patio
y el cielo nos cubría, como un jacarandá de todo el año.
Al conjuro de clavos y maderas, cruzábamos un campo
de baldosas gastadas, a lomo de aquel banco…
Era ese mismo banco largo, de la cocina,
donde entrábamos cuatro, la piel contra la sangre
caliente del hermano.
…A ratos fue un tranvía…a ratos, se hizo un auto…
o un navío surcando los mares rojos del embaldosado.
¡Cuántas manos amigas llegaron hasta el patio!
¡Cuántas sillas se ahorraron con aquel banco largo!
Los horizontes parten del patio hacia la vida.
En el recuerdo queda un banco largo.


Desde los ventanales de las lágrimas, miro
llegar a los amigos que vienen a rodearlo;
vuelven por entre un bosque de manos y pañuelos
para rodear el árbol del recuerdo…aquel árbol.
La trama fue la misma de los patios azules:
nos faltaron las sillas… ahora sobraban llantos…
Ya no tenía el banco largo para ofrecerles;
se habré vuelto a su bosque…Habrá vuelto a ser árbol!
¿Serán las mismas ramas? ¿Tendrá los mismos cantos?
¡Que el cielo los azule, como un jacarandá de todo el año!

Rey Dardo Álvarez
(La Plata, 1920-1999, Paraná)

miércoles, 11 de noviembre de 2009


Foto: casa. en el campo entrerriano







Para la Fraternidad






c. La casa del recuerdo nos convoca
r. para evocar la dulce adolescencia
o. y de ella reencontrar toda la esencia
p. en la flor, en el aire y en la roca

c. ¿Qué espectro del pasado éste que toca
r. el alma que ha sufrido tanta ausencia?
o. y añora en lo profundo la querencia
p. que a los ensueños y al cantar provoca.

c. Predilecta de nuestros corazones
r. guardas, como en un haz, las emociones
o. del octubre perdido y de sus rosas

p. y en recónditas, fibras de hidalguía
c. alumbras nuestra tarde como un día
r. que no apaga ni el mundo ni las cosas.

Poema a cuatro manos escrito por:
c. Córdoba Iturburu, r. Luis Alberto Ruiz,
o. Juan Laurentino Ortiz, p. Delio Panizza

"Orquidea ..." Año III, Nº19, 06/52
"Delio Panizza" Luis A. Salvarezza
Cuaderno del Señalero Nº 2 - Ed. del Clé -

martes, 10 de noviembre de 2009

Foto: el Moni, de mamá
El gato
Espera agazapado a que la noche
le traiga la víctima,
el hechizo
y el silencio.
El gato y la noche son uno sólo:
es una esquina, la incógnita palabra
que representa su existencia
y la condena de un mito.
Nadie circula a estas horas
por las calles entrerrianas:
la oscuridad descubre el presagio de la muerte.
El gato se aleja lamiéndose los bigotes
ya ha cazado y son testigo sólo estos versos,
lo incógnito,
el silencio,
y la nada.
Juan Emmanuel Ponce de León
joven poeta - Caseros (E. Ríos)
"Los silencios y la palabra"
Cuadernos del Señalero - Ed. del Clé -

Foto:costanera entrerriana



Unidad

La luz vencida
se apaga en el río.
El árbol me contiene
cercándome maternal.
La luna curva las ramas
en lluvia de luz
que mecen su cabellera.

Cristina Villanueva -(Gualeguay)
"Sombra de la palabra" (1994)
Foto: Bajada desde la costa paranaense
Yo quiero este paisaje de Bajada
Yo quiero este paisaje de Bajada
con sus ranchitos y su caserío
y el rumor de la suave marejada
que viene desde el río;
las redes limpias de sus pescadores,
sus muelles olvidados,
y ese aroma de islas que me llega
en una bocanada.
Yo quiero este paisaje de Bajada
con sus ranchitos y su caserío ...
Mi cuna se meció por estas playas
en lejanos octubres
cuando venían los barcos de otros puertos
y los hombres cargaban las bodegas
en un vibrar continuo de planchadas,
para después volver hacia Inglaterra,
el Canadá o el África,
llevando la cosecha adormecida
que bajaba lloviendo a las bodegas.
Yo quiero este paisaje de Bajada
con sus ranchitos y su caserío
y el rumor de la suave marejada
que viene desde el río.
Ya casi abandonado
este puerto profundo
hace tiempo que fue para las gentes
canción de paz y pan para los mundos!
Galo Zaragoza - Paraná -
Libros del Lino - Edit. E. Ríos




Bruma y desdén

Tu desdén, tu desdén, amiga mía,
que cual un vaticinio imperativo
hizo que mi alma en su reflejo vivo
se inunde de ilusiones todavía.

Tu desdén, tu desdén: antes había
no sé qué angustia en tu dolor furtivo;
hoy si me he vuelto triste y pensativo
¡Efraín era así con su María!

Sin duda otros recuerdos te entristecen,
sin duda otros amores te enloquecen
tras la visión tan triste de mi hastío.

sin duda habrás amado a aquel ausente,
que te quiso en sus ocios brevemente
y te dejara el corazón vacío.

Galo Zaragoza (Paraná 1904-1965)
- Libros del Lino - Edit.E.Ríos -

Foto:parece una pintura, pero es el campo entrerriano