viernes, 6 de agosto de 2010



XII

Por vos
desfallecen hambrientas mis pirañas
renacidas al fin entre mis vísceras
después de tanta protohistoria piel abajo.
Por vos
asesiné mi ángel bastardo,
y ya en el túnel luminoso de tus ojos
engendré con mi esperma este de ahora,
tan nuevo, tan disímil y glorioso
que no existe ningún nombre que lo nombre.
Por vos
duermo cubierto de plumajes,
puedo llegar a Dios cuando te nombro
y amanezco iluminado y victorioso
coronado de azúcar y septiembres.
Por vos
me incorporé en el ataúd de los olvidos,
me reconstruí pedazo por pedazo;
hice con los escombros una gruta
donde a la luz de la antorcha que he encendido
me retiene tu imagen cuando partes
después de reflejarse en tu mirada.
Por vos
me constituí en un Zeus de mariposas,
me derramé dormido sin tenerte,
me encandila hoy la noche aunque me faltes,
me transitan carnívoras hormigas
siempre insaciables de tu tibieza nacarada.
Por vos
hoy el círculo gira y nos confunde;
nos convirtió de pronto y sin consultas
en la perfecta esfera que soñamos,
y apenas si la realidad nos roza
desde el exilio triunfal que le impusimos,
mientras giramos fusionados
alrededor de un solo ángel que nos mira;
sus ojos son tus ojos,
sus ojos son los míos.
Por vos
ya no sé quien es quien,
ni desde cuando.


XVIII
Yo quiero que me trague tu marea,
disolverme en la sal de tus rompientes,
para después resurgir de tus abismos,
y respirar tu aliento a bocanadas
y transformarme en la flor de tu fragancia
y hasta la extenuación
volver a sumergirme entre tu boca
como una estrella desertora a su galaxia.
Quiero tu devoción de astros y gaviotas
cada vez que me sumerjo entre tus ojos,
cada vez que la caverna de tu boca
me lleva de la mano al Paraíso,
mientras como un cometa trashumante voy dejando
una estela de luz sobre tu espalda.
ORLANDO RÉBORA (poeta)
Gualeguaychú - Entre Ríos
(poema enviado por el autor)