martes, 19 de noviembre de 2013


AFORISMOS

3
Mi sombra es la complicidad de mi cuerpo con su nada.

5
Ser Dios es entrar en el silencio de los hombres.

6
Dios puso las pequeñas cosas al alcance de todos los hombres y las grandes para confundir a los soberbios.

12
La vida es como el agua, cuando más cierro los puños para aprenderla, más rápido se me escurre entre los dedos.

18
Cuando me voy de mí siempre regreso extraviado, por el camino menos pensado.

20
Caminé toda la noche para encontrar una razón que me alumbrara, y me alumbró el sol sin ninguna razón.

EISE OSMAN
"Aforismos completos
del Beduino Errante"
Edic. Galerna - 2008 - Bs.As.



TRISTEZA

Transito la tristeza de la tarde
con todo el cielo sobre el pecho
y siento el peso de los años
en el tiempo detenido de los sueños.

La juventud camino del recuerdo
navega el mar de los espectros
y mi lento paso llega
a acuñar las señales del desierto.

Ya no vendrá septiembre en primavera
la alondra ya calló, todo es silencio
mi corazón desciende su penumbra
hacia el calvario de los viejos tiempos.

EISE OSMAN
"Herida del Tiempo"
Lo acompaña ilustraciones de Artemio Alisio
Ediciones El Mirador - E. Ríos -

AQUEL OTOÑO

Aquel otoño Paraná tenías
la quietud de los pájaros cautivos
las calles con desiertas cabelleras
pedían compasión para el olvido.

Aquel otoño Paraná perdías
las hojas desvalidas de mis sueños
en la llovizna gris de los recuerdos
escondida en el zaguán de algún invierno.

Aquel otoño Paraná tú eras
la infancia azul, el cuarto del abuelo
las mojadas calles de otros tiempos
perdida en aquel barrio que no vuelve.

Aquel otoño Paraná tú eras
la novia ausente, la canción de cuna
la barra de muchachos que se fueron
y el circula destino que me espera.

EISE OSMAN
"Herida del Tiempo"
c/ilustraciones de Artemio Alisio
Edic. El Mirador - E. Ríos -



lunes, 28 de octubre de 2013


PRIMAVERA PROVINCIAL

I

Pronunciamiento de la primavera:
Bando de sol, proclama de zorzales...
Sobre rojo escuadrón de los ceibales,
el cielo provincial hecho bandera.

Lo publica la brisa dominguera
soplando en las cornetas matinales,
y del aire en las ondas musicales
está vibrando la comarca entera.

¡Al viento el alma y la canción al día!
Por el marco solar de la ventana
salen las penas y entra la alegría.

El mismo sacristán de la mañana
salió temprano de la sacristía
y está tocando sola la campana.

II

Dale y dale a tu cuerda prodigiosa,
interino, incorpóreo campanero;
dale a tu canto, sin parar, jilguero,
que es toda nuestra la mañana hermosa;
dale al sol mago, realidad tediosa;
bórrate en campo ilímite, sendero,
que éste no es día para derrotero,
ni rumbo cierto, ni ceñuda cosa...

Cielo es el de hoy para perder la cuenta,
para dejar tirada la herramienta
y la fragua y el yunque en soledad.

Liberado de toda pesadumbre,
el corazón vuelve a sentirse lumbre,
viento, pájaro, nube, inmensidad...

III

Vamos, pesado barco, desamarra,
aunque esté solo el puente de comando,
que ya el acento eléctrico del bando
la seda azul del ámbito desgarra.

¡Domingo de muchacho y de cigarra!
El aire, como nunca, tibio y blando...
Por la luz, corazón, vamos andando,
solo atados con cuerdas de guitarra.
Y tú, campana loca echada a vuelo
de tu cuenta y razón, cerca del cielo,
toca y toca nomás, despreocupada...

Que hemos salido, al fin, sin derrotero,
y acaso el lunes a la madrugada
te traigamos de vuelta al campanero.

GUILLERMO SARAVÍ
"La voz eterna" - pág.32 -
Antología esencial de poesía entrerriana -
Editorial de Entre Ríos - 2010 -

SILENCIO

Que se detenga el día,
que se callen los pájaros,
que no mueva la brisa las cortinas,
que entre la luz despacio, - ¡más despacio! -.

Que los malvones rojos
y los jazmines blancos
se recaten un poco entre lo verde.
Vengan las nubes a apagar el patio,
que está haciendo un estrépito
el sol en los mosaicos.

Que esas malas hormigas
se anden con más cuidado
y salgan de las plantas que cultivo
y dejen el azúcar que me guardo.

Ni luz en demasía,
ni movimiento más que el necesario:
Que la más niña de mis niñas duerme
y mi ensueño su sueño está velando.
Las violas del silencio
toquen, pero muy bajo.
Suenen los órganos azules
pero no demasiado.
Que se esté todo el mundo
sin despegar los labios.

Aprended, impaciencia cotidianas,
de este buen padre inmóvil y callado
que sueña con el sueño de su hija
un sueño nuevo y blanco,
y apenas mueve sobre la cuartilla
la fina pluma del profundo canto...

GUILLERMO SARAVÍ
"La voz eterna" - pág.35 -
- Antología esencial de la poesía entrerriana -
- Editorial de Entre Ríos - 2010 -

EL DESTERRADO

En mi tierra tal vez yo soy olvido.
Precisamente yo ser olvidado
que soy todo un recuerdo atribulado
vagando bajo un sol desconocido.

Nada me torna todo lo perdido,
y aquello que podría haber ganado
es inútil laurel para el soldado
que está solo, sin paz y malherido.

Y en esa tierra, que mi ausencia habita,
me reclama un silbar de chamarrita
con temblores de pájaro y bordona.

Y en este puerto - bruma y desconsuelo -
lejano de su río y de su cielo
el corazón en penas se abandona.

HÉCTOR JORGE DEUT
"El gozo y la elegía" - pág.17 -
Editorial de Entre Ríos - 2003 -

VERANO

Gusto de sal de recordada brisa
en la playa casual y marinera,
donde la audacia transformó en bandera
el albo tremolar de tu camisa.

Mordisqueabas el cielo en tu sonrisa
y el cielo muy azul, girando era
en tus pupilas risa volandera
que aguijoneaba mi ardorosa prisa.

Después ya fue el cansancio. Mediodía.
Y mi amor retenido en tu costado,
mientras, la playa junto al mar ardía.

Una mancha de sol sobre tu frente
discurría, feliz, sobre la ausente
sensación de impureza y de pecado.

HÉCTOR JORGE DEUT
"El gozo y la elegía" - pág.53 -
Editorial de Entre Ríos - 2003 -

ELEGÍA

Qué pulcro rueda abril con qué decoro
prolonga mi tristeza en el sendero,
calle abajo, Santiago del Estero
y el parque, derrochado en libras de oro.

Con tu recuerdo, al paso, me demoro.
Muda la frente, seco su venero,
el monje enjuto del ciprés austero
y todo el parque en silencio coro.

Al rescoldo del sol mi pena doro.
Me ilusiono pensando que te espero
y vivo así, porque te quiero y quiero

y en lágrimas mi pena y pena afloro.
No me llores, decías, si me muero,
y sabías, mi amor, que lloro y lloro.

HÉCTOR JORGE DEUT
"El gozo y la elegía" - pág. 16 -
Editorial Entre Ríos - 2003 -

EL VIGILANTE DE PROPAGANDA

Este vigilante que se detiene en la esquina
- Bavio y Diamante - es un afiche del orden.
Lo han puesto  allí por tres motivos internacionales.
El primero, para que la noche se transfigure en respeto
al pasar por entre sus piernas.
El segundo, para recordar con el llamador de su puño
a las puertas de los burdeles, las 2 horas de la madrugada.
Y el tercero, para que lo saluden los borrachos y los rufianes.
Y es de esta manera sencilla como la seccional segunda
coloca su propaganda de orden bajo la nariz misma de la
calle sucia y como la buena gente puede inflar sus pantalones
burgueses con aire de confianza.
Y pasar... y volver...

NICOLÁS J. JOZAMI
"Poemas de las cosas de la calle sucia"
pág.23 - Cuadernos de las Orillas - EDUNER -
Univ. Nac. de Entre Ríos - 2013 -

LA MUJER MÁS GORDA DEL MUNDO

Por sólo dos pesos puede ser suya la mujer más
gorda del mundo!
Una mujer que no tiene nombre porque se lo comió como postre.
Pero que tiene en cambio un mundo de carne
para que dé vuelta sobre ella la calesita del deseo.
Un mundo de carne.
Y unos senos de almohadas para que duerman las caricias.
Y un alma con una alegría gorda.
Y el recreo de un asombro más gordo, todavía.
Y para qué más?
Si por sólo dos pesos va a tener usted
todo un jardín de novedades entre sus brazos!

NICOLÁS J. JOZAMI
"Poemas de las cosas de la calle sucia"
pág.39 - Cuadernos de las Orillas - EDUNER -
Univ. Nac. de Entre Ríos - 2013 -

jueves, 5 de septiembre de 2013


VAIVENES

Tu regreso
tiempo que desteje las cruces repetidas en cenizas
en la noche cómplice y extensa
con su marca de exilio en el aire.

Tu regreso
mariposa ardiente en el corazón de la penumbra,
marcó un júbilo de potrillos en las sienes
y un festín de damascos en la boca.

Mariposa de penumbra en el corazón ardiente,
vuelves en los átomos de la última piel
como trazos repetidos
como trozos
destrozados
que habitan mi anhelo en el centro de la espera.

Cuando nos dormimos,
cada estertor recogió su verano hasta desaparecer.
¿Volverán luego
desde las raíces que enhebran otras fundaciones?

¿Y si todo fuera un sueño?

¿Y la rosa amarilla que corté en la mañana,
que derrama y custodia mi rastro por la casa?

ELBA ETULAIN DE MUSSO
- poeta gualeya - sept/2013 -

domingo, 1 de septiembre de 2013


Buscaba el árbol
debajo de la cama
y encontré
tu voz salada,
tu muerte de mar.

Liberé del armario
el disfraz del poeta,
los fantasmas
y las amantes.

Te busqué por toda la casa.

Encontré el aire
y me suicidé a bocanadas
tragando el silencio
de los muertos.

EMMANUEL PONDE DE LEÓN
- el poeta que todo lo puede -
- San Luis - agosto - 2013 -

Las ramas como coronas.
Como casa de vuelo.
Las ramas
como los inmensos dedos
de un Dios
hecho a imagen y semejanza del árbol.
Las ramas como pelos.
Como escamas.
Las ramas
que tocan la nostalgia
del río fingido
de mi pueblo...

En las ramas,
dolorosamente desnuda
y tendida como mantel al mediodía,
te vi, pariendo las mariposas.

EMMANUEL PONCE DE LEÓN
- desde San Luis - el poeta - agosto/13 -

Caminaba los días
y hasta en los más tristes
simulaba un puma mi sombra,
un lobo
y el miedo a los cazadores.

Caminé así el otoño
en Anchorena
hasta que mi hijo
me puso corderos
en los ojos.

EMMANUEL PONCE DE LEÓN
- desde San Luis - un joven poeta -


Envenena más el reloj que la serpiente.

Como en una visión vi un monte de caldenes sujetando la mañana de los pueblos.
Vi una mujer crucificando la felicidad y calmando con vinagre la sed del mundo.
Vi un cementerio plagado de bichos de luz como fuego en la noche.
Me vi desnudo y entendí los crímenes del azar, los abortos y la memoria.

Las lágrimas son siempre menos que el rocío tempranero,
menos que una copa de vino en la madriguera del hombre solitario.

Quiso el canto que descuelgues mi fortuna con un beso.

EMMANUEL PONCE DE LEÓN
- desde San Luis, un poeta entrerriano -

Voces que no había antes
decapitan mi nombre
para cobrarme la vida prestada,
la inmadurez del llanto,
los abrazos escondidos bajo piedras de nostalgias,
las mujeres que inventé
y las otras,
las que dejaron algo de agua
como lágrimas
en un cuerpo más desierto
que las noches en Anchorena.

Resultan vinos difíciles, los recuerdos.

EMMANUEL PONCE DE LEÓN
- desde San Luis - agosto/2013 -

sábado, 31 de agosto de 2013

A vece la memoria
es un pájaro reventado a pedradas.
A veces un candado, una cerradura,
una llave
para otros candados
y otras cerraduras.
Una niña
de ojos huérfanos.

La memoria existe,
¿por qué sino tu nombre
todavía,
en mi cuaderno último?

EMMANUEL PONCE DE LEÓN
- desde San Luis - un poeta -

miércoles, 26 de junio de 2013


NO , NO ES POSIBLE

No, no es posible
hermanos nuestros tiritan aquí, cerca, bajo la lluvia.

¡Fuera la delicia del fuego, con Proust entre las manos,
y el paisaje alejado como una melodía
bajo la lluvizna
en el atardecer perdido del campo!

Fuera, fuera, Brahms flotando sobre los campos!

No, la muerte mágica de la música,
ni la turbadora sutileza,
mientras bajo la lluvia
hombres sin techo y sin pan
parados en los campos,
vacilan al entrar a la noche mojada!

Juan L. Oríz
Selección poética - Libro del Lino
Editorial de Entre Ríos - 1988 -

ELLA IBA DE PANA AZUL

Ella iba de pana azul entre las manzanillas. Ella.
La mañana pesaba ya dulcemente.
¿De qué color la sombrilla contra el amor de Octubre?

Entre las manzanillas ella iba.
Entre la nieve ardiente ella iba.

¿En qué ligerísima penumbra sus labios florecían?

(Oh, sin la penumbra,
toda la abeja del aire,
toda, sobre sus labios...)

Entre las manzanillas ella iba.
La voz, la voz de niña, algo indecisa aún,
con pudor, con cierto pudor, de los pétalos ebrios...

Esa edad de Jacinto, ay, y ese aire...
Entre las manzanillas ella iba toda de pana azul,
de un azul más grave que el del Domingo, azul,
porque ya era el destino
de ojos a veces bajos o turbados... mi destino.
Mi destino... Y yo a su lado, qué?
Ella iba de pana azul entre las manzanillas. Ella.

Juan L. Ortíz
Selección poética - Libros del Lino -
Editorial de Entre Ríos - 1988 -

LAS ARMAS

Humo de ser, amor serán mañana
tus flamígeras armas consumidas,
ni soñarán aladas ni encendidas
sino en cenizas azul muerte temprana.

No volverán en otra caravana
primaveral a arder, sino mordidas
por su fulgor las manos doloridas
del otoño te harán fábula vana.

Ya aguardará la tierra lo que sigue
a la veloz vanguardia florecida,
la herencia gris del fuego valeroso,

pues tu valor, amor, sólo persigue
en la mortal madera de la vida
llama lucir fugaz, bélico gozo.

"Camino de la noche"
Alejandro Bekes
Premio Fray Mocho - 1987 - Poesía -

DESMAYO

De pronto todo es caos,
una fracción inédita del alma,
un no sentir, no hablar, no oír,
a sensación de una terrible calma.
¿Qué te pasa gusano que navegas
los ríos salitrosos de mis venas?
¿Tienes hambre de estar y no es el tiempo?
¿Tienes ansias de ser y no te dejan?
Te apresuraste a habitarme, confundido,
por lo que fue un desmayo apenas.
Un parar de pensar por un momento.
Un dejar descansar a la conciencia.
Ya desperté de cero nuevamente,
para luchar por sueños y utopías,
y desde un horizonte sin fronteras,
a esta ilusión consagré mi vida.
Así, que, ¡vete ya, busca otro cuerpo,
mora otras venas, deja ya las mías!,
que estoy en sanidad de cuerpo y alma.
No he de morir todavía.

FELIX GARCÍA
Antología "Entre letras y ríos"
Editorial Nuevo Ser - 2005 -

miércoles, 24 de abril de 2013


TIEMPO DE TRILLAS
 (a Gdor. Mansilla)
...
Yo vengo desde el niño que miraba la calle
tan llena de silencios y duendes nocturnales,
y vengo desde vino de madrugada plena,
de la lluvia y el aire bajo los rosedales...
Me basta la palabra del amigo sincero,
como el fruto en la planta y el pájaro en el cielo,
renázco en cada letra desde el fondo del tiempo
y ando con la mirada puesta sobre mi pueblo.
Estoy sobre la espera del aire del verano,
admiro las estrellas que dan sobre el sembrado,
a la palmera quieta, al arroyo y al canto
cuando es un canto puro sin voces con recuadro.
Me gustan las palomas surcando atardeceres,
del verano dormido junto a las arboledas,
un horizonte rojo, y la estrella primera...

Así, de esta manera, recuerdo aquellos días,
siempre llevo presente mi gente y mi lugar,
quizas alguna tarde de verano encendido
como la golondrina, volando sobre el río
¡En el viento, a mi pueblo, me vean regresar!

"Tiempo de trillas",
de HUGO L. GONZALEZ
Edit.Entre Ríos, sept/1987

TIEMPO DE TRILLAS

(al pueblo de Gdor. Mansilla)

Recuerdo en el verano,
cuando la luna entraba, redonda, hasta mi cuarto,
y la palmera al viento peinaba suavemente
su cresta adormecida.
Recuerdo un patio abierto con piso de ladrillo,
un aljibe expectante, como mirando al cielo,
un parral, y a su sombra, una mesa de pino
adonde las abuelas tejían sus silencios.
Una no menos vaga visión del horizonte
que dibujaba el muro detrás de la glicina,
un jardín con rosales, una higuera sombría
y mi casa, una casa cualquiera allá en mi pueblo.
Recuerdo en la distancia una calle de tierra,
una sombra fecuanda de muchos paraísos,
una plaza, unas lomas y más allá unos campos
semillas de mis letras que a estas hora escribo.
Recuerdo las bandadas de patos siriríes
cantando en la alta noche,
con un azul brillante de inmensa curvatura,
el alarido errante de los viejos troperos,
un tañir de cencerros, un calor sofocante,
el polvo de mi silla, mis libros de poesía.

Percibo voces y ecos lejanos, sin ausencias,
siempre llevo guardado el canto de una brisa
tierna, elocuente de paisaje y leyendas,
y aquel inconfundible aroma a jazminero...

Mi sombra y mi poema escrito en la penumbra,
la ventana pequeña que daba con el cielo,
el eterno lenguaje del grillo rinconero
que siempre acompañaba mi temporal desvelo.
(continúa)

TIEMPO DE TRILLAS
de Hugo L. Gonzalez
Edit. de Entre Ríos - Libros del Lino
sept./1987

sábado, 9 de marzo de 2013


Ella

Es el silencio de la casa
donde habita su sombra;
su sonrisa la descubro
detrás de los manteles.
yo la miro en el guiso
de caracoles multicolores,
le guiño un ojo,
y nada responde,
nada dice,
a pesar de lo pobre.

Marta L. Pimentel Álvarez
"Ella y los pájaros"
Edt. De la Estación - dic. 2012-
Valor al público: $40



El canto de Dios

Mis oídos parecen
dos ventanas golpeando sus postigos
cuando canta la reina mora.
Toda ella es un redoblar de campanas,
la catedral de los arcángeles,
el sol a media mañana en el campo,
las estrellas de las altas cumbres
a la altura de las manos,
los gorriones con sus crías
susurrando primavera.

Marta L. Pimentel Álvarez
"Ella y los pájaros"
Edit. De la Estación - dic-2012 -