viernes, 11 de diciembre de 2009


A la memoria de Benjamín Moloise
Poeta y dirigente negro de Sudafrica,
Quien fuera ahorcado en la prisión
Central de Pretoria, el 19-X-85, a pesar
de las apelaciones internacionales.


MUERTE DE UN POETA


¡Johannesburgo!
¡Johannesburgo!
¡¿Por qué ahorcas a un poeta?!
Se va tu tierra cubierta en sangre,
De la armonía de un Dios, secreta.

Oye, Pretoria,
Te estás hiriendo con plumas y versos.
Toda la Tierra te ha reclamado: ¡No a la horca!

Moloise tiene razones humanas que tú, no entiendes.
Te has cegado tras los llamados de Continentes.

¡Pretoria!
¡Vieja Pretoria de minerales
Supera el pánico!
Allí, mañana, llorarás en vano
El cuerpo negro que hoy insultaste.

¡Hombre de color,
Ríe, entonces, no es violencia la eternidad!
¡Benjamín vino a probarle al mundo su libertad!


MARTA L. PIMENTEL ÁLVAREZ
“Desde todos los cielos” –pág.33 –
Imp. Punilla-agost./95

jueves, 3 de diciembre de 2009


PATRIA DE LA ESMERALDA


Aquí la esmeralda es vegetal. ¡Dádiva umbría!
Hidra frutal amancebada a cielos y pájaros fulgentes,
aparición germinatriz, cabal, de aquellas geodas
que bajo Capricornio hivernan su condición de meteoro,
selladas urnas donde el fuego congelara sus cristales
para que ría la luz un día en sus múltiples dientes
de claridad por la sombra vulnerada,
y que aquí emergen en aspersión enfebrecida
como un prodigio solar donde la piedra canta
y hasta puede el rocío visitarlas.

Aquí la esmeralda es vegetal. ¡Gracias escindida!
Y en agrario afán labrada y concebida entre linares,
bucólica hembra que se acomoda el cuello enverdecido
el serpentario de lapizlázuli de sus arrozales trémulos
y a las tranzas de sus montes el almizcle y el oro
de sus espinillos donde cantan los zorzales del hechizo,
a traición de los cuatreros, los domadores y los búhos
con una ignorada e invisible partitura de Corot o Boticelli,
para que Quirós, ya sin Goya ni la sombrilla de Sorolla,
le pinte enardecido Federales, Manosantas, Carniceros
en vivo rojo de pasión para guardarla
en tan injusta lucha de quererla.

Aquí la esmeralda es vegetal. ¡Alucinada rama!
El viento se entretiene en sus redondeces núbiles
y sigue dulce de hidromieles, sátiros, campanas,
acariciándole los senos verdecidos donde ensayan
las majadas, los cánticos de Salomón o padeciendo derramado,
sus mil y una recetas de Scheherazade campesina, arisca y clara
hasta erizarle en escamas fluidas de temblante plata
el lunar azul con siriríes y cigüñas de sus tajamares
donde las noches cuelgan su pendiente de cien ramales
y el diamante solitario del lucero de las madrugadas.
Me gusta verla en soledad tendida y hasta perderme
en sus hopalandas de Yocasta fluvial, fecunda y lacia.
La une más el cielo que la habita que la tierra que la traza.
En sus alturas transparentes, la geografía no vidente tiene alas
y en este tapiz con barandales de golondrinas o de garzas,
un rosa de caracola o Rafael la espeja y desiguala al punto,
que en sus góndolas blancas, las nubes pasan como mirándola.

Aquí la esmeralda es vegetal. ¡Enjundia jade!
Vienen pájaros sin nombre aún a conocerla,
A celebrarle en vuelos su territorio de prodigios
Como volaban ayer de río a río las tropillas de López Jordán
Y nadie se explicaba las levedades de su aire.
En esa luz, las mariposas despeinan su melena silvestre
Y su mohín isleño se refugia en azules cadencias de guitarra.
Con un cintillo fluvial, perenne, griego más que fiel,
Mastronardi soñó con desposarla y en las bodas de la muerte
Hizo cáliz su cintura de guazunchos y equinoccios
Remolineando caballadas de heraldos funerales
En una penuria de Luz manca de silbos y de ángeles
Hasta recibirlo en sus túnicas abiertas y transmutarlo
En dorado laurel para sus sienes límpidas y australes,
De amantes virgen, diosa terrible y madre de poetas.

Aquí la esmeralda es vegetal. ¡Sabedlo!
La copa es copa y en cada árbol da y recibe
El milagro civil de la mañana, y juntos, comulgan en la umbría
El yacaré y la paloma en un pan de agua por el sol
Recién bañado bajo las nupciales batallas de sus frondas.
En cada hombre hay una lanza de victoria y mordedura
Y en cada hembra un colmenar de armas.
En cada rancho una esperanza triste de esperarla
Y un fogón que no se atiza, a pura paciencia controlado.
Pero ella espera también que ese galope oscuro tras los montes
Traiga Dragones y gurises luminosos como astillas de bengalas
Y sueña tras los cascos solitaria, reincidente hasta la pena,
Que en ese Palacio de magnolias, caobas, mármoles, espejos,
Cañones, bustos, vides, aljibes, marfiles y cristales
La vida ponga en coro sus enigmas y en himnos viriles canten
Sus linajes, su condición mujer por el verde desposada.

Aquí la esmeralda es vegetal. ¡Joya sitiada!
Se levantan en colinas apacibles sus ciudades claras,
Sus dameros de cal a media asta de torres eclesiásticas
Y un portento andaluz de rejas, mayólicas y tejados
Le pone al cuello un camafeo de minotauros arborescentes,
Para una urdimbre de siestas en caserones amplios,
Donde reina corporecida una suave luz mesopotámica.
Guarda en su ajuar de soltería, más querida que sagrada,
Una prehistoria de flechas, alfarería y animales majestuosos
Y atesora entre ramas de helecho y odres de petróleo
Las verdes cartas en hojaldres de precámbrico
De cuando el mar la visitaba con palmeras
Y peces voladores en su sexual adolescencia de lavas,
Terremotos amatorios, fumarola y tormentas seminales.


(continúa)


MIGUEL ANGEL FEDERIK
"Una liturgia para Nemesis"
Premio Fray Mocho - Poesía 1992 -
Edit. de Entre Ríos

viernes, 27 de noviembre de 2009


Inevitable

Hay un niño que llora.
Está en el medio de una calesita.
Gira todo a su alrededor.
El niño no dice que no quiere. Se las aguanta.
Mira un punto y otro y otro
trata de no marearse
los rostros deformes le sonríen desde afuera
hacen chau con la mano.
Llora el niño
no puede comprender
porqué su cuerpo no puede sostenerse
en medio de un trozo de madera pintada
y la música lo acobarda más y más.
Le gustaría
Echarse de panza entre el pasto que está ahí cerquita
mirar sin moverse cómo los pájaros vienen
saltan y picotean semillas.
Le gustaría estar quieto
no dar vueltas y vueltas y vueltas aturdido.
Hay un niño que llora:
está en mi interior
y siente náuseas.

Susana Lizzi (poeta)
- Gualeguaychú -

lunes, 23 de noviembre de 2009



Un loco divino llamado Zaratustra

(Del hombre superior)

I

Hoy llamo a los pequeños,
"los pequeños se han hecho los amos"
y pululan en todo cementerio vivo,
y hablan todos en los rebaños.

"Todos predican la resignación, y la modestia
y la prudencia, y la aplicación
y los miramientos
y el largo etcéteras de las virtudes" vanas
que aclimatan la voz y el aliento.

Ellos, ellos, Oh, quieren señorear ses
y ser los dueños exclusivos, en todo,
caminar como hombres bien aventurados
en un acto servil de los despojos.

Los he visto haciendo marchas
con pancartas,
entonando himnos de regiones,
con absurdos ademanes,
empobreciendo sus cerebros y sus dones.

Y, así, he visto a la turba plebeya.
¡Horror!¡Horror!¡Horror!
Quieren dominar al mundo
desde una plataforma estrecha
donde se cobijan muchos.

Ellos, son las mentes-claras de mi siglo.
Y culpo en retóricas futuras.
Si tuviera que resucitar al mundo
¡Horror!¡Horror!, mi muerte en vida
es segura.

II

"¿Tenéis valor, hermanos míos?
¿Estáis resueltos?
No hablo de valor ante testigos",
ni ante los muertos.

Sino del valor del cóndor
del que no es ya espectador ningún Dios,
y responde en vuelo taciturno
con sus garras al tronador.

"Las almas frías, los mudos o ciegos
no tienen lo que yo llamo corazón,
corazón tienen los que conocen el miedo",
y con el miedo entonan una canción.

"El que ve el abismo con arrogancia".
Y lo observa con ojos de ave de rapiña
tiene en sus manos
todas las armas de los vigías.

III

"Cuando vine por primera vez con los hombres
cometí la locura del solitario,
la gran locura: me fui a la plaza pública.
Y como hablaba a todos, no hablaba a nadie"
en medio de tan triste calvario.

"La nueva mañana me trajo una nueva verdad,
aprendí a decir, entonces: ¡Qué importa la plaza pública
y el populacho
y el ruido del populacho
y las orejas largas del populacho!"
Si hablarle a él es lo mismo que hablarle a un quebracho.

"Hombres Superiores, aprended esto de mí,
en la plaza pública nadie cree en el Hombre Superior
y si os empeñáis en hablar allí, ¡sea!
Pero el populacho guiña un ojo: "Todos somos iguales",
"Hombres Superiores, así guiña el ojo el populacho:
No hay hombres superiores: todos somos iguales;
Un hombre no es más que otro" hombre,
(En ello han llegado a un acuerdo los humanos).

"Todos somos iguales: ¡Ante Dios!
Pero, ese Dios ha muerto;
Y ante el populacho nosotros
no queremos ser iguales"
ni a los torpes ni a los lerdos.

IV

"Solo ahora vuelve el Gran Mediodía",
llega la luz, no del infierno,
la luz de la sabiduría,
engrandeciendo todo, engrandeciendo.

"Solo ahora va a dar a luz
la montaña del porvenir humano"
como un faro en medio del Pacífico
siendo guía en su espacio.

"Lo que el populacho no aprendió a creer sin razón,
¿Quién podría derribarlo a sus ojos con razones?
En la plaza pública se convence con gestos.
Las razones inspiran des confianza, " las razones ...

V

¡Hombre Superiores, qué creías!
Quienquiera que da a luz está enfermo:
el que ha dado luz se halla impuro,
hasta hallar el camino de lo eterno.
"Preguntad a las mujeres: no se da luz por gusto.
El dolor hace cacarear a las gallinas y a los poetas".
Para hallar razón al gusto.

VI

"Haced como el viento cuando se precipita
de las cavernas montañosas:
Quiere bailar a su guisa. Los mares tiemblan
y saltan a su paso" las olas.

VII

"Loado sea el que da alas a los burros
y ordeña las leonas:
¡ Ese espíritu bueno e indómito"
viene como huracán sobre las tropas!
"Loado sea el enemigo de todas las hojas
marchitas y de todas cizañas.
Ese espíritu de tempestad, ese espíritu salvaje",
¡Bueno y libre, baila, baila!
"Bendito sea el que odia a los perros transijados
del populacho!
"¡Qué importa que no hayáis sido afortunado!
¡Cuántas cosas son posibles aún! ¡Aprende
pues, a reír por encima de tu cráneo!
"Esta corona de ruiseñor, esta corona de rosas,
a vosotros, hermanos míos, os la arrojo!
Yo he canonizado la risa: ¡Aprended,
pues, a reír, Hombres Superiores sin asombro!

Marta l. Pimentel Álvarez
"Desde todos los cielos"
Imp. Punilla/agosto/1995 - Paraná -

viernes, 20 de noviembre de 2009

Foto: Costanera baja, Parque Urquiza, Paraná


EL BANCO LARGO

En recuerdo de mi hermano Carlos Álvarez (poeta)

Tengo las manos húmedas de nostalgias.
Había en nuestra casa un banco, un banco largo,
que ahorraba los espacios a las sillas escasas,
y nos juntaba en un racimo cálido.
¡Qué sencilla la vida de aquel tiempo! Salíamos al patio
y el cielo nos cubría, como un jacarandá de todo el año.
Al conjuro de clavos y maderas, cruzábamos un campo
de baldosas gastadas, a lomo de aquel banco…
Era ese mismo banco largo, de la cocina,
donde entrábamos cuatro, la piel contra la sangre
caliente del hermano.
…A ratos fue un tranvía…a ratos, se hizo un auto…
o un navío surcando los mares rojos del embaldosado.
¡Cuántas manos amigas llegaron hasta el patio!
¡Cuántas sillas se ahorraron con aquel banco largo!
Los horizontes parten del patio hacia la vida.
En el recuerdo queda un banco largo.


Desde los ventanales de las lágrimas, miro
llegar a los amigos que vienen a rodearlo;
vuelven por entre un bosque de manos y pañuelos
para rodear el árbol del recuerdo…aquel árbol.
La trama fue la misma de los patios azules:
nos faltaron las sillas… ahora sobraban llantos…
Ya no tenía el banco largo para ofrecerles;
se habré vuelto a su bosque…Habrá vuelto a ser árbol!
¿Serán las mismas ramas? ¿Tendrá los mismos cantos?
¡Que el cielo los azule, como un jacarandá de todo el año!

Rey Dardo Álvarez
(La Plata, 1920-1999, Paraná)

miércoles, 11 de noviembre de 2009


Foto: casa. en el campo entrerriano







Para la Fraternidad






c. La casa del recuerdo nos convoca
r. para evocar la dulce adolescencia
o. y de ella reencontrar toda la esencia
p. en la flor, en el aire y en la roca

c. ¿Qué espectro del pasado éste que toca
r. el alma que ha sufrido tanta ausencia?
o. y añora en lo profundo la querencia
p. que a los ensueños y al cantar provoca.

c. Predilecta de nuestros corazones
r. guardas, como en un haz, las emociones
o. del octubre perdido y de sus rosas

p. y en recónditas, fibras de hidalguía
c. alumbras nuestra tarde como un día
r. que no apaga ni el mundo ni las cosas.

Poema a cuatro manos escrito por:
c. Córdoba Iturburu, r. Luis Alberto Ruiz,
o. Juan Laurentino Ortiz, p. Delio Panizza

"Orquidea ..." Año III, Nº19, 06/52
"Delio Panizza" Luis A. Salvarezza
Cuaderno del Señalero Nº 2 - Ed. del Clé -

martes, 10 de noviembre de 2009

Foto: el Moni, de mamá
El gato
Espera agazapado a que la noche
le traiga la víctima,
el hechizo
y el silencio.
El gato y la noche son uno sólo:
es una esquina, la incógnita palabra
que representa su existencia
y la condena de un mito.
Nadie circula a estas horas
por las calles entrerrianas:
la oscuridad descubre el presagio de la muerte.
El gato se aleja lamiéndose los bigotes
ya ha cazado y son testigo sólo estos versos,
lo incógnito,
el silencio,
y la nada.
Juan Emmanuel Ponce de León
joven poeta - Caseros (E. Ríos)
"Los silencios y la palabra"
Cuadernos del Señalero - Ed. del Clé -

Foto:costanera entrerriana



Unidad

La luz vencida
se apaga en el río.
El árbol me contiene
cercándome maternal.
La luna curva las ramas
en lluvia de luz
que mecen su cabellera.

Cristina Villanueva -(Gualeguay)
"Sombra de la palabra" (1994)
Foto: Bajada desde la costa paranaense
Yo quiero este paisaje de Bajada
Yo quiero este paisaje de Bajada
con sus ranchitos y su caserío
y el rumor de la suave marejada
que viene desde el río;
las redes limpias de sus pescadores,
sus muelles olvidados,
y ese aroma de islas que me llega
en una bocanada.
Yo quiero este paisaje de Bajada
con sus ranchitos y su caserío ...
Mi cuna se meció por estas playas
en lejanos octubres
cuando venían los barcos de otros puertos
y los hombres cargaban las bodegas
en un vibrar continuo de planchadas,
para después volver hacia Inglaterra,
el Canadá o el África,
llevando la cosecha adormecida
que bajaba lloviendo a las bodegas.
Yo quiero este paisaje de Bajada
con sus ranchitos y su caserío
y el rumor de la suave marejada
que viene desde el río.
Ya casi abandonado
este puerto profundo
hace tiempo que fue para las gentes
canción de paz y pan para los mundos!
Galo Zaragoza - Paraná -
Libros del Lino - Edit. E. Ríos




Bruma y desdén

Tu desdén, tu desdén, amiga mía,
que cual un vaticinio imperativo
hizo que mi alma en su reflejo vivo
se inunde de ilusiones todavía.

Tu desdén, tu desdén: antes había
no sé qué angustia en tu dolor furtivo;
hoy si me he vuelto triste y pensativo
¡Efraín era así con su María!

Sin duda otros recuerdos te entristecen,
sin duda otros amores te enloquecen
tras la visión tan triste de mi hastío.

sin duda habrás amado a aquel ausente,
que te quiso en sus ocios brevemente
y te dejara el corazón vacío.

Galo Zaragoza (Paraná 1904-1965)
- Libros del Lino - Edit.E.Ríos -

Foto:parece una pintura, pero es el campo entrerriano

martes, 27 de octubre de 2009

Exhumación de Tierra año 2040

Llevamos nuestros muertos
en la espalda,
exhumamos su ilusión en el perfil del viento.
En las tardes de agosto
anclamos horizontes.
Los llevamos sin tierra
apuntando en el barro
lo que nadie pronuncia.
Pasa una estrella
y se hunde en el puerto,
pero los barcos desconocen
el latido de la sangre.
Se desteje una nube
en la mirada
y los ojos se inclinan hacia el este.
Nuestros muertos
respiran como pájaros
y trazan el calor en la tormenta.
Abrigan a los hijos que no viajan.
¿Qué busca el pescador en la montaña?
¿Quién sueña su horizonte entre los muros?
Ayer anduvo tierra el recuerdo de un río.
Llevamos nuestros muertos a las islas,
Ofrendamos sus botesal filo de otro sol.
Una noche de enero nos entramos al río
para ver cómo pasan.

Martín Carlomagno
- joven poeta - C. del Uruguay -

viernes, 23 de octubre de 2009

Foto:Puerto Victoria





A una mojarra, cría de sábalo
14 oct./90 Río Paraná




(... más allá del patio de mi casa ...)

Te saqué del agua,
te clave el cuchillo,

te maté.

Te saqué las tripas,

las separé,

te lavé el vientre,

te lavé.

Se me ocurrió rezar un Padre Nuestro

en tu nombre,

te recé.

¡Qué fácil hubiera sido,

pensé,

volver al muelle,

tirarte al río,

volver!


Respiraste fuerte,
lo sé,
mientras, te miraba,
lo sé.

Callabas, callabas,

lo sé.

Esperaste la muerte,

lo sé.

Se me ocurrió rezar un Padre Nuestro

que está en todas partes ...

Se me desangraba el alma

cuando volví al muelle.

Marta L. Pimentel Álvarez
"Desde todos los cielos"
Imp.Punilla - agosto/95
Foto: río de azufre, Chilecito, La Rioja

jueves, 22 de octubre de 2009

VIVIR EN TI

"...el reencuentro tiene sones de campanarios y golondrinas"
Lelio R. Gurruchaga


Hieres con el puñal de los sentidos,
dañas el corazón y se estremece
la piel, al soñar con lo prohibido,
y en la noche, el temor siempre amanece.

Enmudece la luna, ¿Quién se atreve
a negar este amor hecho de río
de esperanza y de sueños que son leves
como estrellas fugaces del estío?

Y te busco en las alas de las aves,
en la brisa azul que tu nombre sabe
y en el tiempo que tuve tu dulzura.

Quiero ser hoy tu eterna prisionera,
transformarme a la vez en carcelera
para vivir en ti, con mi ternura.

Gladys B. Navarro Sartirana
- poeta victoriense -
"Regreso a la luz"
Edic. Raíz Alternativa

Foto: arco iris, sierras cordobesas

martes, 20 de octubre de 2009

CAMPO

(VI)
...

Quien nace aquí recibe de la tierra
el bien de una bondad que no se iguala:
como en un generoso entregamiento
la avena espiga, el manantial abraza,
se afelpa el trébol, la estación madura,
el viento sopla un aire de chicharras,
y el corazón es lámpara encendida
y es encendido el canto que se canta
aun perdida la próxima cosecha
y aun perdida la última esperanza!

Esta vida de amor, que es la que vivo,
no es sino una expresión de tierra santa:
aran en mí, siembran en mí, rastrillan
en mí, y en mí cosechan y en mí emparvan.

Yo soy el campo. Y como el campo vuelvo
a la ciudad por esta calle larga
que prefiere la flor del duraznero
y el olor y el color de las naranjas,
con el motril que refrescó las siestas,
con el marucho que anudó distancias,
con el pastor que fatigó caminos
con el boyero que rompió las albas;

Y vuelvo con el pasto y la sandía,
con el trigo, el maíz y la cebada
que hacen el pan de la honradez y ponen
las manos juntas en acción de gracias
por tanto llanto, y tanta sangre y tanto
sudor caídos en la melga parda.

Y a la ciudad me adentro, enamorado,
con la canción rural de las calandrias!

Gaspar L. Benavento
"La de las siete colinas"
Colecc. Homeanjes
Editorial E. Ríos
Foto:costanera victoriense
REVELACIÓN

¿Poeta?¿Es esta luna sobre el río?
¿Es esta amable caridad de acacias?
¿Esta calleja de villorrio humilde?
¿Esta encendida tarde de chicharras?
¿O ese pájaro oculto que me nombra?
¿O este aire de noviembre y de muchacha?


- El verso es mío, doña Margarita
Llevo bajo mi blusa una calandria;
estoy lleno de nidos como un árbol!
y es todo flor el horizonte de agua!


Y doña Margarita se sonríe:
- ¡Dios te dé juicio!, me bendice y pasa,
pasa sin comprender lo que yo tengo:
la rosa con su miel y su fragancia,
la tarde con su rosa y su agonía
y la rosa y tarde con sus cuatro llagas.


Se hace la noche alrededor del río
y alrededor de los primeros talas.
Cri-cri de grillos dicen en las sombras
ausencias de viuditas y tacuaras.
Me duelen puntas de lucero en toda
la carne vegetal que se me aclara
y en donde corre sangre de amapolas
cuando las amapolas se desangran.
...

Es tarde, sí. La sombra no me asusta.
Soy un tallo de luz desde las plantas.
Llevo un signo de Dios sobre la frente.
Hago un camino de celeste gracia.
Y este retorno a la caricia es dulce,
dulce como el perdón con que me aguardan.


- Mamá, la tarde no se fué este día
como otras tardes sin dejarme nada.
Mira la nube rosa en mi frente,
toca el nido de pipia en mi garganta,
pulsa el agua del arroyo en mis muñecas,
ponte a escuchar mi corazón que canta.
¿No es ésta la alegría que se oculta
en mis raíces y que te desgaja?


.. Pero mamá, que me creó en sus sueños
y me dió forma en su panal de entrañas,
sin que se lo dijera lo sabía,
sí, lo sabía pero lo callaba.
Tengo sus manos y sus ojos tristes,
y su boca en mi frente y su plegaria:
- ¿No te bastó, Señor, mi sufrimiento
para que él sufra por mis cuatro llagas? -


Gaspar L. Benavento - poeta victoriense -
"La de las siete colinas"
Colecc. Homenajes
Edit. Entre Ríos
Foto:"el uruguay no es un río ..."


IBA LA FELICIDAD


Iba la felicidad

a cuatro remos volando

en el cielo del río

hacia el fondo de la tarde.


La felicidad buscaba

el secreto de la tarde,

y no podía encontrarlo,

pues su misterío huía

cada vez más, de tan diáfano.


Y no podía encontrarlo.

Pero cantó, y el sensible

cristal íntimo se hirió:

el canto había encontrado

el secreto de la tarde.


A cuatro remos venía

la felicidad aleteando

desde el fondo de la tarde.


Un largo rosa espectral

era el cielo del río.


La felicidad venía

de doble sombra callada.


Un astío de agua fuerte

era el paisaje del río.


Pero arriba se abrían guiños

de innumerable dulzura.



Juan L. Ortíz - poeta gualeyo -

"El agua y la noche" (1924-1932)

Colección Homenajes

Editorial de Entre Ríos

lunes, 19 de octubre de 2009

Foto: la rosa en casa









Ultima lágrima




Leí tu carta hermosa... Me reprochas un llanto
que de la ausencia nace y de quererte tanto.
Olvidas que el ahogo del corazón opreso
tiene que resolverse en el llanto o el beso.
Yo amo también la vida, como tú que eres fuerte;
justifico a la vida cuando nombro la muerte;
me refiero a la vida soñada lado a lado:
la muerte es como el símbolo de vivir separados.
Y tú me hieres hondo de soledad, me inmola.
Tu ceñudo designio de erguirte siempre sola.
Y me dices que es mi vida, vida plena y cumplida;
que es tu dolor apenas accidente en mi vida.
Que hay que llenar el ciclo de mi gloria llevada:
Poeta, de la vida ya no te queda nada,
solamente el recuerdo... la cúspide de nieve...


Un largo aplauso público tras un camino breve.
Déjame que te nombre sin ahorro del llanto,
acepta que el ahogo del corazón opreso.
Después vendrá el silencio de mis penas; prometo
que estarán en el cofre cerrado del secreto;
que no querré otra cosa que ser dulce y amable,
un buen señor dinámico, de optimismo admirable,
curado al fin de aquella desbordante locura
de verte en una niebla de ensueño y de ternura.


Andrés Chabrillón
"Por mitades con la muerte"
Colecc. Homenajes
Editorial de Entre Ríos - 1995 -

miércoles, 14 de octubre de 2009

Foto:pichones de colibrí en casa



Falcon verde

Estás colgado de la luz
estás colgado del teléfono, del gas
estás colgado del cable.

Nada te sostiene.

Ahí llegan
en esa combi blanca
los tenaces emisarios
cada cual una tenaza
a descolgarte de cualquier línea de indigencia.

Marcelo Mangiante
- joven poeta paranaense -
"Des(arte" Edic. de la intemperie, agosto/07
Foto: Los Primeros Pinos, Neuquén

martes, 13 de octubre de 2009

AQUELLOS HOMBRES DE PINO

(Desde la ventana de mi casa, desde un sitio ideal, puedo ver en el horizonte, cual una sombra larga los pinos, del Seminario Arquidiocesano de Paraná, bajo un cielo infinito)

¿Qué hablarán esos hombres
que antes no se hayan dicho,
aquellos hombres de negro,
aquellos hombres de pino?

A veces, quedo así, quieta,
rezando casi al unísono,
de verdes estrellas la noche,
de rojas copas el vino.

Los veo a los monjes eternos,
señal de cruz a los vivos,
entre siluetas de árboles,
entre cuchillas y cuchillos.

¿Qué hablarán esos monjes
que antes de no se hayan dicho?
¿Será la Humanidad el problema?
Y a penas, si es por capricho,
el rezo se lleva el viento,
las flores viejas el camino.

¡Qué sola que anda el alma
entre los verdes pinos!

Las cigarras rezan y rezan
desde los verdes pinos.
De monjes está lleno el cielo,
vago, inifito. La Tierra toda
de hombres verdes de pino,
espera llegue el tiempo
para saber, por qué el delirio.

Pues, pasan los dictadores,
los demócratas, los milicos,
los reyes, emperadores.
Los de siempre, los mismos.

Pues, pasa la muchedumbre,
los poetas, los teatreros,
los coimeros, los ladrones.
Los de siempre, los mismos.

Pues, pasan los comunistas,
los nazistas, los budistas,
los idealistas.
Los de siempre, los mismos.

¿Qué hablaran esos hombres
que antes no se hayan dicho,
aquellos hombres de negro,
aquellos hombres de pino?

Marta L. Pimentel Álvarez
- poeta - Paraná -

viernes, 2 de octubre de 2009

Foto:Ivon y el sol -V.Urquiza




Deriva


Me desangré hacia el río aquella tarde

por calles y barrancas,

entre rosadas copas

- sueños adolescentes de la tierra -

y resplandor fragante de aromitos.

Descendí

hacia los brillos del agua,

diluyéndome

en las lilas nieblas lejanas

sobre las islas distantes.

No te dije nada.

Nunca sabrás

qué puertas se cerraron

con sigilo.


Aurora Bianchi - Paraná -

"Runas" - Cuadernos del Señalero Nº 27 -

Suplemento El T. Zonal - Ed. Del Clé -

jueves, 1 de octubre de 2009

Foto:pinos en Colón




La muerte del poeta

a Carlos Mastronardi


Cual una flor nocturna y delicada
que se consume en el ardor del día,
se marchitó, sediento de poesía
y se abrasó en su propia llamarada.

¿Qué paisaje crispado en la mirada
se llevaba el jazmin en agonía,
mientras la muerte, ansiosa, se bebía
toda su sal de estrellas derramada?

Un viento de sollozos repentinos
hizo gemir las ramas de los pinos;
y fue entonces que un pájaro dolido

rasgó la tarde, henchida de infinito
con el clamor profundo de su grito:
¡Silencio! ... que el poeta se ha dormido.

Tuky Carboni
"Antología breve"
Cuaderno del Señalero 23
SADE - Seguay -
Foto:Paraná desde el Thompson


Paraná

Mi barca de piedras eres tú
mi tierra caliza, mi arena de arcilla,
mi río bañado en esperas,
mi risa trepando lomadas,
mi aurora, mi cama, mi Todo, mi Nada,
mi andar en la luna,
mi templo, mi nido, mi sangre batida en arados
eres tú.
Mi perdón, mi pecado
eres tú.

Marta L. Pimentel Álvarez
- poeta - Entre Ríos -
Foto:Victoria y el lugareño

miércoles, 30 de septiembre de 2009

A REYNALDO ROS, POETA MUERTO

"Y a solas con las aguas
queda mi juventud" R.Ros



No te verán las frutas otra vez. Ni el verano
de las islas que ordena el Ibicuy. Ni el aire.

Lejos estaba yo en mi largo destierro;
mis ojos no te vieron en ese ocaso último.
Sólo podré mirar algún día tu piedra
en un ocioso cementerio y el arroyo
que pasa entre los muertos como un ángel.

Ni la victoria regia será de ti el regalo,
ni los frutos que ofrecen los fuegos litorales,
ni el peso de la vida que mirábamos juntos,
ni el verso que traías en tus oscuras manos
diciendo que eran bellos el día o la pobreza.

No son los ríos los que mueren. Somos
apenas sueño junto a un río eterno
que arrastra tardes victoriosas, luces
apasionadas entre lentos barcos.

Detrás de la Isla Puente tus manos prodigiosas
no enseñarán ya nunca
el esperado paso del azul camalote
y la vieja madera de un bote andará sola
sobre el agua de siempre, entre las voces
de los que te quisimos, Reynaldo, y te llamamos
cuando la muerte cruza las pacíficas islas.

Alfonso Sola González
"Cantos a la noche"
Edit. E.Ríos - 1992 -

lunes, 28 de septiembre de 2009

Foto:la Virgen del campanario, Chilecito
CONSEJO MATERNAL


-“Ven para acá” – me dijo dulcemente
mí madre cierto día
(aún escucho en el ambiente
de su labio la dulce melodía).

-“Ven y dime: ¿qué causa tan extraña
te arrancan esa lágrima, hijo mío,
que cuelga de tus trémulas pestañas
como gotas cuajadas de rocío?

-“Tú tienes una pena y me la ocultas.
¿No sabes que la madre más sencilla
sabe leer en el alma de sus hijos
como tú en la cartilla?”

Yo prorrumpí a llorar: - Nada – le dije;-
la causa de mis lágrimas ignoro,
pero de vez en cuando se me oprime
el corazón y lloro …

Ella inclino la frente pensativa,
se turbó su pupila
y, en jugando sus ojos y los míos,
me dijo más tranquila:

-“ Llama siempre a tu madre cuando sufras,
que vendrá muerta o viva;
si está en el mundo a compartir tus penas,
y si no a consolarte desde arriba”.

Y lo hago así cuando la suerte ruda,
como hoy, perturba de mi hogar la calma,
invoco el nombre de mi madre amada,
y entonces siento que se ensancha el alma.


Olegario Victor Andrade (Gchú.)
"350 Poesías para niños"
Edit. Atlantida - junio 1958 -
Foto:Victoria


Todo pasa. La risa, la mirada,
la última vez, y acaso todo eso
que se piensa y se sueña. Hasta la nada
pasará como un sueño que ni es eso.

Pasa tu llanto, pasa tu partida,
pasa por el camino el leve paso
y la huella. Y el roce de la vida
gasta la luna nueva y el ocaso.

Nada será una vez, ya consumida
estarás, y seremos solamente
el recuerdo de un sueño que en la mente
aparece y se muere con la vida.

pág.17

La tristeza de estar no es la tristeza
que se llora en la lágrima del llanto.
Es esa soledad que duele tanto,
es esa soledad, es sólo ésa

quieta manera de mirar la brisa
cómo pasa y se vuelve, de oír el canto
del pájaro y del agua y de la risa,
y no poder cantar, tener un manto

delante de la voz y la mirada;
tener esta tristeza trastornada
adentro de mi ser, y sufrir tanto ...

pág.41

Ana Teresa Fabani
"Nada tiene nombre
y otros poemas"
Edit. E. Ríos - 1999 -
Foto:Paysandú, Uruguay
Entera de agua viene la creciente
como si fuera a devorar la primavera.
Alardeando da ha luz un cementerio triste
que a su paso va dejando en la ribera.

Se fue la noche, y en ella la espera.
Salió el sol. Parece un tornado
la suerte negra de los loros, gallinetas,
de los pájaros mojados.

Borradas están las huellas
que la serpiente rezongando deja,
tras la fatiga de nadar de costa a costa,
casi extraña en su propia tierra.

Será fatal dijeron, la corriente.
El próximo año ¨si llueve, llueve¨.
Ya desmontado está todo el daño
buscando el río repentinamente.

¿Será que el hombre deliberadamente
la tiene sin cuidado, o
será, tal vez, que está triste de ausencia
la muerte con los pies alados?

Marta Pimentel
Foto:Los Palmares, de Colòn