jueves, 30 de octubre de 2014
SI VUELVO A PARANÁ
Si vuelvo a Paraná me estarás esperando
y veré la glicina querida que conoces.
En el ocaso inmenso estarás conversando
con mis sombras de entonces, con mis lejanas voces.
El zaguán con hortensias volverá repetido.
Entraré lentamente y alguien cerrará el piano
y seré como un sueño en el patio perdido
donde un día reíamos tomados de la mano.
Si vuelvo a Paraná te contaré mi vida
mirando aquel antiguo jacarandá que es mío.
Me mostrarás la tarde lentamente abolida
y una estatua con rosas, desnuda, junto al río.
Me dirás que los años han pasado, que, a veces
alguien regresa y abre unos libros, llorando.
Detrás de las hortensias la amada que me ofreces
interminablemente me seguirá esperando.
Si vuelvo a Paraná veré la primavera
que nace entre los hombres justos que he conocido
y una botella rota confirmará la espera
del relámpago quieto de un cuchillo caído.
Recordaré sus nombres, sus rostros memorables;
gravemente estarán sentados en la plaza
y vendrán en los largos ocasos entrañables
hasta la esquina oscura donde estaba mi casa.
Así será si vuelvo a Paraná algún día.
La vehemente glicina, repetirá los graves
crepúsculos ornados. Y tu melancolía
me tenderá las manos de olvido. Con las llaves.
ALFONSO SOLA GONZALEZ
"Entre Ríos cantada" de Luis A. Ruíz
pág. 177 - Edic. Zamora - 1955 -
Foto: El Thompson
Paraná, Entre Ríos
DRAMA
I
Por el agua iba un navío.
Iba por el agua del río.
Fuéramos yo en ese barco;
fuéramos por el agua del río,
si no estuviera aquí preso
muerto de amor en la orilla
besando labios perdidos.
¿De quién? ¿En qué falsa orilla?
Fuéramos por el agua del río.
II
No subas en esa nave
porque está muerta esa nave.
Velas no tienen ni tiene
marinero que la mande.
No subas amor a esa nave.
Nave de madera amarga
con un rey muerto, amarillo.
No subas en esa nave.
Río de peces que gimen,
¿adónde irá ese barco sin marino?
No va hacia donde van
los navíos.
(No subas en esa nave
que va muerta por el río)
ALFONSO SOLA GONZALEZ
"La Casa Muerta" - 1940 -
Foto: El Thompson
Paraná, Entre Ríos
ENTRE RÍOS
Tiempo del tiempo de la primavera.
Podrán mis ojos merodear las costas
de otras mañanas de poblada gracia
extendida de amor junto a mi sombra.
Pero mis ojos no serán mis ojos
si está ausente la tierra encariñada
que circunda mi fe, isla de auroras
donde se alegran todas las distancias.
---
Habrá, yo sé que habrá lejanas tardes
con golondrinas y tal vez muchachas
temblando de frutal adolescencia
por el camino azul de las campanas.
Pero jamás otra enjoyada cosa
será como esta tierra iluminada,
de ofrecida ternura en el cariño
y encendida de amor en la nostalgia.
---
Vendrán, tiene que ser, secretas noches
con el embrujo de las serenatas
y oiré una voz, mi voz, entre canciones,
creciendo en un silencio de guitarras.
Pero en comarca de ninguna estrella
habrá otra novia de fluvial encanto,
como esta tierra de las manos de agua
y la sonrisa donde nace el canto.
JORGE ENRIQUE MARTÍ
"Entre Ríos y canciones"
Ediciones de Tribuna - 1970 -
JUGUETE
Hijo: como hoy estás triste
porque no vino la abuela,
voy a alcanzarte la aurora
para que juegues con ella.
La aurora es un globo grande
todo llenito de estrellas.
De madrugada, a esa hora
en que la luna se aleja,
el rocío la levanta
y los grillos le dan cuerda:
la aurora se va saltando
como si fuera una rueda.
Camina campos y montes,
recorre mares y sierras.
Entonces todos los pájaros
cuando pasa se despiertan,
las flores abren sus pétalos
que son pestañas de seda
y el agua canta en el arpa
del río sus coplas viejas.
No la dejes escapar
porque enseguida da vueltas.
Mira que la aurora salta
y se va como una rueda.
Sólo pueden atraparla
los duendes y los poetas.
Tómala entre tus manitos:
juega, hijo, juega, juega.
La aurora tiene colores
y una música pequeña,
porque es un globo de luces
todo llenito de estrellas
y da vueltas como trompo
que te regaló la abuela.
JORGE ENRIQUE MARTÍ
"Entre Ríos y canciones" - pág. 61 -
Edic. de Tribuna - 1970 -
EGO
Mi verso como un bálsamo divino
cura el íntimo mal de mis querellas;
y para cada golpe del Destino
tengo un escudo de ilusiones... Ellas
suavizan las torturas del camino;
si hay flores de dolor junto a mis huellas
no importa... Seré siempre el peregrino
obstinado en soñar con las estrellas...
Enloquecí de azul... No se me oculta
el ruín desprecio de la turba estulta
sin otro altar que el del materialismo;
Quizás seré un vencido eternamente,
me harán caer, pero soberbiamente
y abrazado a la cruz del idealismo.
ALFREDO MARTINEZ HOWARD
"Adolescencia" - Crespo, Entre Ríos - 1924 -
Prólogo de P. Jacinto Zaragoza
LIRIO MUERTO
Se moría..., lo mismo que las flores
que junto al lecho suyo se mustiaban..
¡Se moría el amor de mis amores!...;
y en sus labios las risas aun jugaban
cual si ocultar quisiera sus dolores
por no verme sufrir..., pero lloraban
sus misteriosos ojos soñadores
que por vencer el llanto se cerraban.
Me llamó y alleguéme temeroso
y caí de rodillas a su lado
y le besé la frente, tembloroso...
Y, celosa, la Muerte maldecida
también besóla con su beso helado
y Ella, sonriendo, se quedó dormida...
ALFREDO MARTINEZ HOWARD
"Adolescencia" (Ego) pág. 50
Crespo, Entre Ríos - 1924 -
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