Foto:Paysandú, Uruguay
Entera de agua viene la creciente
como si fuera a devorar la primavera.
Alardeando da ha luz un cementerio triste
que a su paso va dejando en la ribera.
Se fue la noche, y en ella la espera.
Salió el sol. Parece un tornado
la suerte negra de los loros, gallinetas,
de los pájaros mojados.
Borradas están las huellas
que la serpiente rezongando deja,
tras la fatiga de nadar de costa a costa,
casi extraña en su propia tierra.
Será fatal dijeron, la corriente.
El próximo año ¨si llueve, llueve¨.
Ya desmontado está todo el daño
buscando el río repentinamente.
¿Será que el hombre deliberadamente
la tiene sin cuidado, o
será, tal vez, que está triste de ausencia
la muerte con los pies alados?
Marta Pimentel
lunes, 28 de septiembre de 2009
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