PÁJAROS SOBRE EL SOMBRERO
DE VINCENT VAN GOGH
Ah, no me olvido,
no olvidaré jamás.
Pero miro estos campos
este fulgor sobre los trigos
este terrón de sorgo
esta sonrisa de agua que oculta el mar.
Aquí en la patria,
digo, esta provincia,
la eternidad
se mueve como el mundo.
Yo lo he visto a Van Gogh
sembrando en estos surcos.
He visto su sombrero campesino
entre los girasoles de Victoria
y su oreja ardida en el atardecer
convocando el vuelo de los pájaros.
Aquí lo he visto,
lo veo todavía.
Ah, no me olvido,
no olvidaré jamás
aquella tarde de Berlín
cuando me suicidé en el canto de un mirlo
sin saber que los caballos azules de Frank Marc
estaban para salvarme
de un naufragio en tus ojos
lejanos ya perdidos para siempre.
Ah, no me olvido,
no olvidaré jamás
aquel estanque,
intimidad azul de la belleza
agua dormida de Monet
donde me ahogué de inocencia y delirio.
Ah, no me olvido,
no olvidaré jamás
aquel portal, aquella aldaba,
aquel cielo de siglos de Toledo
precipitado por el Grecco.
Ah, no me olvido,
no olvidaré jamás.
Pero Van Gogh
no estaba en los museos.
Yo lo he visto flotar
sobre los girasoles de Victoria.
Liviano más que el aire.
Reconciliado con la dicha.
Definitivo de fulgores.
Lo he visto entre los sorgos.
Lo he visto entre los trigales.
Y el viento levitaba su sombrero
y cardenales amarillos de las islas
cantaban sobre su cabeza
y miles de pájaros
picoteaban los granos de oro de su corazón.
MARTA ZAMARRIPA
"Azul de frío" - Edic. Ríos al mar - (2006) -
miércoles, 30 de marzo de 2011
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