miércoles, 3 de noviembre de 2010



Primavera

Mientras la mariposa se detiene
un instante preciso y tembloroso
y sigue y para y sigue sin reposo
entre las flores que el verdor sostiene,

el ojo que la mira también tiene
temblor y exactitud y vuelo hermoso
y repite en su espejo el mismo ocioso
vivir así de cosa que va y viene.

Pero esa precisión estremecida
que elige y tiembla pero al fin elige
y es impulsada a abandonar su objeto,

es la verdad eterna de mi vida,
es lo que ahora digo y siempre dije.
Y tiembla y toca y vuela mi soneto.

Luis Sadi Grosso
SADE Filial Paraná,
leído, jueves 28 oct.2010.-

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