martes, 20 de octubre de 2009

REVELACIÓN

¿Poeta?¿Es esta luna sobre el río?
¿Es esta amable caridad de acacias?
¿Esta calleja de villorrio humilde?
¿Esta encendida tarde de chicharras?
¿O ese pájaro oculto que me nombra?
¿O este aire de noviembre y de muchacha?


- El verso es mío, doña Margarita
Llevo bajo mi blusa una calandria;
estoy lleno de nidos como un árbol!
y es todo flor el horizonte de agua!


Y doña Margarita se sonríe:
- ¡Dios te dé juicio!, me bendice y pasa,
pasa sin comprender lo que yo tengo:
la rosa con su miel y su fragancia,
la tarde con su rosa y su agonía
y la rosa y tarde con sus cuatro llagas.


Se hace la noche alrededor del río
y alrededor de los primeros talas.
Cri-cri de grillos dicen en las sombras
ausencias de viuditas y tacuaras.
Me duelen puntas de lucero en toda
la carne vegetal que se me aclara
y en donde corre sangre de amapolas
cuando las amapolas se desangran.
...

Es tarde, sí. La sombra no me asusta.
Soy un tallo de luz desde las plantas.
Llevo un signo de Dios sobre la frente.
Hago un camino de celeste gracia.
Y este retorno a la caricia es dulce,
dulce como el perdón con que me aguardan.


- Mamá, la tarde no se fué este día
como otras tardes sin dejarme nada.
Mira la nube rosa en mi frente,
toca el nido de pipia en mi garganta,
pulsa el agua del arroyo en mis muñecas,
ponte a escuchar mi corazón que canta.
¿No es ésta la alegría que se oculta
en mis raíces y que te desgaja?


.. Pero mamá, que me creó en sus sueños
y me dió forma en su panal de entrañas,
sin que se lo dijera lo sabía,
sí, lo sabía pero lo callaba.
Tengo sus manos y sus ojos tristes,
y su boca en mi frente y su plegaria:
- ¿No te bastó, Señor, mi sufrimiento
para que él sufra por mis cuatro llagas? -


Gaspar L. Benavento - poeta victoriense -
"La de las siete colinas"
Colecc. Homenajes
Edit. Entre Ríos

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