lunes, 19 de octubre de 2009

Foto: la rosa en casa









Ultima lágrima




Leí tu carta hermosa... Me reprochas un llanto
que de la ausencia nace y de quererte tanto.
Olvidas que el ahogo del corazón opreso
tiene que resolverse en el llanto o el beso.
Yo amo también la vida, como tú que eres fuerte;
justifico a la vida cuando nombro la muerte;
me refiero a la vida soñada lado a lado:
la muerte es como el símbolo de vivir separados.
Y tú me hieres hondo de soledad, me inmola.
Tu ceñudo designio de erguirte siempre sola.
Y me dices que es mi vida, vida plena y cumplida;
que es tu dolor apenas accidente en mi vida.
Que hay que llenar el ciclo de mi gloria llevada:
Poeta, de la vida ya no te queda nada,
solamente el recuerdo... la cúspide de nieve...


Un largo aplauso público tras un camino breve.
Déjame que te nombre sin ahorro del llanto,
acepta que el ahogo del corazón opreso.
Después vendrá el silencio de mis penas; prometo
que estarán en el cofre cerrado del secreto;
que no querré otra cosa que ser dulce y amable,
un buen señor dinámico, de optimismo admirable,
curado al fin de aquella desbordante locura
de verte en una niebla de ensueño y de ternura.


Andrés Chabrillón
"Por mitades con la muerte"
Colecc. Homenajes
Editorial de Entre Ríos - 1995 -

No hay comentarios:

Publicar un comentario