miércoles, 24 de abril de 2013


TIEMPO DE TRILLAS

(al pueblo de Gdor. Mansilla)

Recuerdo en el verano,
cuando la luna entraba, redonda, hasta mi cuarto,
y la palmera al viento peinaba suavemente
su cresta adormecida.
Recuerdo un patio abierto con piso de ladrillo,
un aljibe expectante, como mirando al cielo,
un parral, y a su sombra, una mesa de pino
adonde las abuelas tejían sus silencios.
Una no menos vaga visión del horizonte
que dibujaba el muro detrás de la glicina,
un jardín con rosales, una higuera sombría
y mi casa, una casa cualquiera allá en mi pueblo.
Recuerdo en la distancia una calle de tierra,
una sombra fecuanda de muchos paraísos,
una plaza, unas lomas y más allá unos campos
semillas de mis letras que a estas hora escribo.
Recuerdo las bandadas de patos siriríes
cantando en la alta noche,
con un azul brillante de inmensa curvatura,
el alarido errante de los viejos troperos,
un tañir de cencerros, un calor sofocante,
el polvo de mi silla, mis libros de poesía.

Percibo voces y ecos lejanos, sin ausencias,
siempre llevo guardado el canto de una brisa
tierna, elocuente de paisaje y leyendas,
y aquel inconfundible aroma a jazminero...

Mi sombra y mi poema escrito en la penumbra,
la ventana pequeña que daba con el cielo,
el eterno lenguaje del grillo rinconero
que siempre acompañaba mi temporal desvelo.
(continúa)

TIEMPO DE TRILLAS
de Hugo L. Gonzalez
Edit. de Entre Ríos - Libros del Lino
sept./1987

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