domingo, 1 de septiembre de 2013


Voces que no había antes
decapitan mi nombre
para cobrarme la vida prestada,
la inmadurez del llanto,
los abrazos escondidos bajo piedras de nostalgias,
las mujeres que inventé
y las otras,
las que dejaron algo de agua
como lágrimas
en un cuerpo más desierto
que las noches en Anchorena.

Resultan vinos difíciles, los recuerdos.

EMMANUEL PONCE DE LEÓN
- desde San Luis - agosto/2013 -

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