ÁRBOL SECO
¡Perdóname!...
simiente que no fuiste,
la crueldad suprema
de negarte
la concreción vital
que tú quisiste;
es que no he querido
que vivieras
lo que yo viví,
ni en donde lo he vivido.
Quise cortar la rama de mi sangre;
el gajo de la esencia de mi estirpe;
para irme secando (poco a poco)
hasta el instante en el que expire.
Y en el momento de morir;
(que ha de cumplirse
a plazo fijo),
yo no he de pervivir:
ni en el hijo de mi semen,
ni en el semen de mi hijo.
Felix Garcia (poeta)
"Caminantes ..."
Edic. Jueves de Letras
(2010)
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