jueves, 30 de octubre de 2014


LIRIO MUERTO

Se moría..., lo mismo que las flores
que junto al lecho suyo se mustiaban..
¡Se moría el amor de mis amores!...;
y en sus labios las risas aun jugaban

cual si ocultar quisiera sus dolores
por no verme sufrir..., pero lloraban
sus misteriosos ojos soñadores
que por vencer el llanto se cerraban.

Me llamó y alleguéme temeroso
y caí de rodillas a su lado
y le besé la frente, tembloroso...

Y, celosa, la Muerte maldecida
también besóla con su beso helado
y Ella, sonriendo, se quedó dormida...

ALFREDO MARTINEZ HOWARD
"Adolescencia" (Ego) pág. 50
Crespo, Entre Ríos - 1924 -

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